¡Hola endoguerreras!
Aquí estoy de nuevo, esta vez mucho más zen
que la semana pasada,jeje. Hoy es un día muy especial para mí, hoy hace un año
que defendí el doctorado. Por aquel entonces yo ya estaba muy muy enferma, aunque
sin diagnosticar. Es curioso cómo la enfermedad te cambia las prioridades, mi
gran yuyu no era por la defensa delante del tribunal, sino por el dolor. Si no
soy capaz de esperar ni una hora sin ir al baño, ¿cómo narices iba a aguantar
las cuatro horas que ésta duraba?. Me hinché de pastis y estuve desde la noche
anterior sin beber. Lo di todo gracias al apoyo de Flo y de mis padres. Guardo
este recuerdo con mucho orgullo porque ese día, ¡la batalla contra la
endometriosis la gané yo!.
Bueno, basta de rollo. El motivo de esta
entrada es porque en una de las veces que intentaron mandarme al psicólogo, me
dijeron: “Necesitas aprender a vivir con dolor”. Se me encendió la bombilla, ¡Plin! Lenina, no te engoriles,
que a lo mejor ésto es interesante. Así que me puse a investigar técnicas psicologicas
para soportar el dolor. Lo que voy a poner aquí es un rebujo de cosecha propia
y de lo que he encontrado en libros de psicología.
Primero, ¿qué es el dolor? El dolor es una
defensa del cuerpo para avisarnos de que algo no va bien. Dice: “me estás
quemando, apártate”, “deja de correr así, o me lesionaras, ¡so bruta!” o “estoy
enfermo, reposa”. Además, debe ser una sensación muy desagradable, para
convertirlo en nuestra prioridad inmediatamente. Visto así, hasta es útil y todo.
Pero, ¿qué ocurre cuando no somos capaces
de poner solución al dolor? Que vamos al médico. ¿Y qué ocurre cuando los médicos
no saben?. Pues lo de siempre, en vez de reconocerlo, empiezan a construir
teorías raras sobre el dolor y meter la palabra “psicológico” por en medio. De
ahí que nos encontremos la siguiente clasificación:
Dolor agudo vs. Dolor crónico
Llaman dolor agudo al dolor defensivo que
he nombrado antes. Y llaman dolor crónico a un dolor permanente que ha perdido
su capacidad defensiva, gracias a una buena dosis de influencia mental y otra
de cronificación de las conexiones neuronales entorno a la zona dolorida.
¿Quéeeeeeeeeeeeeeee?
Guerreras, el nota que ha hecho esta clasificación
no ha sentido dolor en su vida y mucho menos un dolor de endometriosis. ¿Es que
un dolor crónico no puede ser agudo, terrible? ¿Es que un dolor crónico no
puede seguir siendo una alerta de una enfermedad a la que no se le pone
remedio?
Así que he decidido redefinir la clasificación adaptándola a nuestra enfermedad y,
en función del tipo de dolor, aplicaremos unas técnicas u otras:
Dolor agudo: Son las “crisis”, ésas que
todas conocemos, culpa de la regla o porque sí. Es cuando la endometriosis dice
“aquí estoy yo, te voy a torturar…”. Si pudieramos poner una escala de dolor de 0 al 10,
éstas serían de 9, 10 y 20. En ellas no podemos hacer otra cosa acostarnos,
hacernos bolita, sudar, vomitar y retorcernos hasta que se pasan.
Dolor crónico: Es el dolor permanente pero
que no llega a crisis, la endometriosis nos deja un dolor moderado, constante,
para que no nos olvidemos de ella. Son aquellos días en los que tenemos que
hacer un esfuerzo sobrehumano para vivir, trabajar etc…Lo realmente malo de
este dolor, es el torrente de emociones negativas que lleva asociado, porque
vemos que no podemos seguir el ritmo de los demás.
1. Técnicas para el dolor agudo:
La mayoría de éstas técnicas consisten en intentar desviar la
atención del dolor a otra cosa
1.1 Respiración:
Aún
no se ha concienciado a la sociedad de lo importantísimo que es respirar bien,
lo dice mi profe de Pilates. Hay que inspirar cuando estamos tranquilos y hay
que expulsar el aire en el momento en el que se realiza el esfuerzo. Así nos
aseguramos de que el oxígeno llega a nuestro útero justo en el momento en el
que se produce el dolor. La frecuencia respiratoria será la que necesitemos, no
hay que esforzarse en respirar lento si nuestro cuerpo nos pide un parto. Que
no os de corte. Total, no nos ve nadie.
1.2 El spa:
Consiste en imaginar sensaciones agradables
a pesar del dolor. Por ejemplo, imaginar que tenemos una manta eléctrica en la
barriga o que nos están haciendo un masaje de los caros: a cuatro manos, con
aromaterapia y musica relajante. Ya que imaginamos, que sea a todo lujo, ¿no?
1.3 El póster:
Aquí, el motivo de la distracción proviene
del exterior. La mosca que da vueltas en la habitación, la cortina que se
mueve, o las líneas de un póster en la pared. Una cosa, chicas, si vamos a
tener un “poster del dolor”, que sea de un tio bueno porfi.
1.4 Guionista de Saw:
Si no puedes con el dolor, únete a él. Esta
técnica consiste en imaginar que estamos describiendo el dolor que sentimos
como si fuera un texto. Seguro que nos forraríamos por nuestras novelas de
terror.
1.5 Insultar a la endometriosis:
Sólo aseguraos de que las ventanas están
cerradas.
1.6 Rezar:
Intentar mantener la concentración en las
oraciones nos distrae, y también aportaremos algo de bondad en el mundo. Pero con cuidado, porque podemos pasar de “Hágase tu voluntad” a “¡Dios! ¿y por qué me
mandas estooooooo?” y de ahí descontrolarnos hacia la técnica 1.5.
2. Técnicas para el dolor crónico:
Aquí el objetivo cambia totalmente. Tenemos que mantener un
nivel de relajación y autorealizacion interior que bloquee todas las emociones
negativas y nos hagan distraernos de tanto dolor, aunque sea un ratito.
2.1 Hacer ejercicios de relajación:
Tipo yoga y pilates con regularidad, a
parte de que nos hacen tomar conciencia de nuestro propio cuerpo, nos enseñan
a respirar y nos mantienen un poco en forma.
2.2 Recibir cariño:
Guerreras, un beso lo cura todo. Pidámoslo
a nuestros seres queridos. Lo malo es que el “Nene, abrázame que estoy
malitaaa”, no cuela 500 veces por día. Así que bueeeeeeno, no seamos egoístas y
démosles nosotras un poco también, que se lo merecen.
2.3 Las aficiones:
Tener aficiones
es mucho más que dedicar tiempo a hacer lo que nos gusta, es nuestro propio
espacio en el que somos libres para ser nosotras mismas, no hay enfermedad, no
hay presión social… ¿Qué es lo que te gusta de verdad?¿qué es lo que hace que
tú seas tú? ¿qué es lo que hace que Lenina sea Lenina?. No tiene por qué servir
para algo. A lo mejor son esos dibujos que haces tan bien, pero no los que te
obligan a hacer en clase, sino ésos que sólo pueden haber salido de ti, porque
nadie salvo tú tiene esa forma tan particular de ver el mundo.
Las aficiones tan profundas nos ayudan a evadirnos del dolor crónico porque nos hacen entrar en un estado mental que en psicología llaman "Estado de flujo". En él que somos tan felices y estamos tan concentrados en
la tarea, que perdemos la noción del tiempo y de nuestro cuerpo. También puede
ocurrirnos mientras trabajamos, si éste nos gusta. Se ha demostrado que entrar
en estado de flujo es vital para la salud emocional de cualquiera.
A mi siempre me gustó leer y escribir. Me encantan
los viajes, las aventuras y las historias. Llenaron mi infancia y mi
adolescencia, pero después comenzaron las obligaciones, el estudio, el trabajo…y
sacrifiqué una parte de mí misma por un futuro perfecto que nunca llegó. No
digo que no haya que prepararse, pero no al nivel de fatiguismo al que yo llegué.
Ahora, con la endometriosis he retomado la escritura, y no os podéis imaginar
lo contenta que estoy. Me dan más ganas de seguir luchando, trabajando, amando…
porque si la vida nos da guerra, ¡entonces seamos endoguerreras!
En fin, espero que os haya resultado útil. ¿qué técnicas usáis vosotras?.
Esta
entrada está basada en los libros “Dolor
crónico” de Jordi Miró y “Psicología
positiva para Dummies” de Averil Leimon y Gladeana McMahon (buenísimo por
cierto).
Un besito guerreras
Me he leído del tirón todas las entradas del blog, y me he reído, me he enternecido y a ratitos también me he puesto triste. Sobre todo, me he sentido admirada por esa capacidad tuya de sacar lo bueno de lo malo ¡No la pierdas nunca!
ResponderEliminarAún con el miedo a que me gasees con tu fli-fli, te digo una cosa:Formas parte de una larga estirpe de mujeres luchadoras y que plantan batalla de forma implacable en las circunstancias más adversas, así que si tengo que apostar quién gana esta lucha tuya, apuesto por tí a saco. Ya puede esa mierda de endometriosis ir yéndose a tomar viento y que se lleve con ella esas ganas de hacer la puñeta, porque contigo no tiene nada que hacer.
Muchísimas graciaaaaas. ¡Vaaaya, con esas cosas que dices haces que me anime un montón! ¡Prometo a mis antepasadas que no las voy a decepcionar!
EliminarEspero que te haya gustado el blog, tiene mucha ilusión dentro.
Jolín, me han dolido hasta las muelas. A partir de ahora creo que tendré que aplicar esas técnicas tuyas cuando me den una patada en......¡¡Eso, eso!! en los juanetes.
ResponderEliminar¡Nos hacemos mayores Lenina! Según pasan los años...nos duelen más las cosas. Tú ya tienes un entrenamiento por lo que veo, de modo que ya estás curada de espantos. Pero....con tus letritas y con lo divertido que lo haces todo, creo que podremos sobrellevarlo. ¿El póster es obligatorio que sea de un tío bueno o podemos poner a la Pataky en ropa de trabajo.
Un placer leerte como siempre. No lo dejes o haremos que también te duelan las costillas. ¿tamos?
Jajajaja, que me he reído con el comentario. Bueeeeeeno, una "petite Ninette" también lo permitimos. Lo bueno de tanto entrenamiento es que todo te acaba dando igual y se le echa tal morro a la vida que dejaría a cualquier corrupto boquiabierto. ¡Muchísimas gracias! Ahí seguiremos
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