sábado, 28 de noviembre de 2015

CUANDO NOS CUREMOS...


¡Hola guerreras!

¿Qué tal la semana? ¡Hoy es mi cumpleaños! ¡29 tacooooooos! ¡toma yaaaaaaaa! La endo también se ha acordado y me ha mandado una crisis (¡Socorrooocooooooo!). Aún así gracias a todos por tanto apoyo y cariño, especialmente a Flo que me ha montado una fiesta y llenado de regalitos :), ¡Te voy a comer con patatas!.


Hoy os propongo hacer algo que todas deberíamos tener: una lista de cosas que vamos a hacer cuando nos curemos. Porque sí, guerreras, hay gente que lo consigue, aunque parezca imposible, y si ellas pudieron, ¡nosotras también!.

Por si os da ideas, ahí va mi lista:

1. Recuperar los abrazos perdidos



Ésta sería mi tarea principal: recuperar todo el amor que la endometriosis nos ha robado a Flo y a mí. Porque muchas veces he sido una persona muy díficil, por la cantidad de planes que anulamos por culpa del dolor, por las nochecitas en vela que pasamos que deberían haber sido románticas maravillosas...

2. Llevar estos vaqueros

De los que hay que abrocharse tumbada.

3. Tatuarme a Lenina en el tobillo

Igual que éste, pero en vez de un ancla, que sea el dibujo de Lenina. Porque una endoguerrera lo es para siempre. Porque aunque no cuente en el currículum, superar esto es el logro más importante de nuestra vida.
¡Ah! y también para acordarme de vosotras, cuando empiece a quejarme porque me ha salido un granito.

4. Hacer nudismo en una cala sin nadie

Y correr por la arena, y bañarme, y hacer la croqueta, y volver a bañarme, y volver a hacer la croqueta...sin volver a preocuparme más por el dolor o si tengo que ir al baño.

5. Pegarme una siesta de 3 días

Y como a alguien se le ocurra despertarme ¡lo agarro de los pelos y lo revoleo!

6. Ir a un camino maravilloso y echar a correr


Como una loca, sin parar, gritando, agitando la cabeza. y con los brazos abiertos.

7. Ir al Tomorrowland 

Porque no se me ocurre un lugar mejor donde pueda gritar todo lo que necesito sin que me ingresen en el manicomio...y freírme el cerebro con chunda-chunda hasta olvidar todos esos recuerdos de dolor.
Y subirme a hombros de Flo, y saltar agitando la bandera amarilla de la endometriosis, ¡va por vosotras, chicas!
Por cierto, para los que no sepan lo que es el Tomorrowland:
https://www.youtube.com/watch?v=HuAxVfZasUk

8. Seguir con el blog
Porque no pienso dejaros solas, guerreras.


Y voy a parar porque mi lista real no termina nunca. No hay nada mejor que tener sueños y esperanzas para seguir luchando. Espero que os haya gustado, ¿cuál sería vuestra lista?.

Un abrazo guerreras

sábado, 21 de noviembre de 2015

CÓMO RESISTIR EL DOLOR (O AL MENOS INTENTARLO)


¡Hola endoguerreras!

Aquí estoy de nuevo, esta vez mucho más zen que la semana pasada,jeje. Hoy es un día muy especial para mí, hoy hace un año que defendí el doctorado. Por aquel entonces yo ya estaba muy muy enferma, aunque sin diagnosticar. Es curioso cómo la enfermedad te cambia las prioridades, mi gran yuyu no era por la defensa delante del tribunal, sino por el dolor. Si no soy capaz de esperar ni una hora sin ir al baño, ¿cómo narices iba a aguantar las cuatro horas que ésta duraba?. Me hinché de pastis y estuve desde la noche anterior sin beber. Lo di todo gracias al apoyo de Flo y de mis padres. Guardo este recuerdo con mucho orgullo porque ese día, ¡la batalla contra la endometriosis la gané yo!.

Bueno, basta de rollo. El motivo de esta entrada es porque en una de las veces que intentaron mandarme al psicólogo, me dijeron: “Necesitas aprender a vivir con dolor”. Se me encendió la bombilla, ¡Plin! Lenina, no te engoriles, que a lo mejor ésto es interesante. Así que me puse a investigar técnicas psicologicas para soportar el dolor. Lo que voy a poner aquí es un rebujo de cosecha propia y de lo que he encontrado en libros de psicología.

Primero, ¿qué es el dolor? El dolor es una defensa del cuerpo para avisarnos de que algo no va bien. Dice: “me estás quemando, apártate”, “deja de correr así, o me lesionaras, ¡so bruta!” o “estoy enfermo, reposa”. Además, debe ser una sensación muy desagradable, para convertirlo en nuestra prioridad inmediatamente.  Visto así, hasta es útil y todo.

Pero, ¿qué ocurre cuando no somos capaces de poner solución al dolor? Que vamos al médico. ¿Y qué ocurre cuando los médicos no saben?. Pues lo de siempre, en vez de reconocerlo, empiezan a construir teorías raras sobre el dolor y meter la palabra “psicológico” por en medio. De ahí que nos encontremos la siguiente clasificación:

Dolor agudo vs. Dolor crónico

Llaman dolor agudo al dolor defensivo que he nombrado antes. Y llaman dolor crónico a un dolor permanente que ha perdido su capacidad defensiva, gracias a una buena dosis de influencia mental y otra de cronificación de las conexiones neuronales entorno a la zona dolorida.

¿Quéeeeeeeeeeeeeeee?

Guerreras, el nota que ha hecho esta clasificación no ha sentido dolor en su vida y mucho menos un dolor de endometriosis. ¿Es que un dolor crónico no puede ser agudo, terrible? ¿Es que un dolor crónico no puede seguir siendo una alerta de una enfermedad a la que no se le pone remedio?

Así que he decidido redefinir la clasificación adaptándola a nuestra enfermedad y, en función del tipo de dolor, aplicaremos unas técnicas u otras:

Dolor agudo: Son las “crisis”, ésas que todas conocemos, culpa de la regla o porque sí. Es cuando la endometriosis dice “aquí estoy yo, te voy a torturar…”. Si pudieramos poner una escala de dolor de 0 al 10, éstas serían de 9, 10 y 20. En ellas no podemos hacer otra cosa acostarnos, hacernos bolita, sudar, vomitar y retorcernos hasta que se pasan.

Dolor crónicoEs el dolor permanente pero que no llega a crisis, la endometriosis nos deja un dolor moderado, constante, para que no nos olvidemos de ella. Son aquellos días en los que tenemos que hacer un esfuerzo sobrehumano para vivir, trabajar etc…Lo realmente malo de este dolor, es el torrente de emociones negativas que lleva asociado, porque vemos que no podemos seguir el ritmo de los demás.

1. Técnicas para el dolor agudo:

La mayoría de éstas técnicas consisten en intentar desviar la atención del dolor a otra cosa

1.1 Respiración:
Aún no se ha concienciado a la sociedad de lo importantísimo que es respirar bien, lo dice mi profe de Pilates. Hay que inspirar cuando estamos tranquilos y hay que expulsar el aire en el momento en el que se realiza el esfuerzo. Así nos aseguramos de que el oxígeno llega a nuestro útero justo en el momento en el que se produce el dolor. La frecuencia respiratoria será la que necesitemos, no hay que esforzarse en respirar lento si nuestro cuerpo nos pide un parto. Que no os de corte. Total, no nos ve nadie.

1.2 El spa:
Consiste en imaginar sensaciones agradables a pesar del dolor. Por ejemplo, imaginar que tenemos una manta eléctrica en la barriga o que nos están haciendo un masaje de los caros: a cuatro manos, con aromaterapia y musica relajante. Ya que imaginamos, que sea a todo lujo, ¿no?

1.3 El póster:
Aquí, el motivo de la distracción proviene del exterior. La mosca que da vueltas en la habitación, la cortina que se mueve, o las líneas de un póster en la pared. Una cosa, chicas, si vamos a tener un “poster del dolor”, que sea de un tio bueno porfi.

1.4 Guionista de Saw:
Si no puedes con el dolor, únete a él. Esta técnica consiste en imaginar que estamos describiendo el dolor que sentimos como si fuera un texto. Seguro que nos forraríamos por nuestras novelas de terror.

1.5 Insultar a la endometriosis:
Sólo aseguraos de que las ventanas están cerradas.

1.6  Rezar:
Intentar mantener la concentración en las oraciones nos distrae, y también aportaremos algo de bondad en el mundo. Pero con cuidado, porque podemos pasar de “Hágase tu voluntad” a “¡Dios! ¿y por qué me mandas estooooooo?” y de ahí descontrolarnos hacia la técnica 1.5.

2. Técnicas para el dolor crónico:

Aquí el objetivo cambia totalmente. Tenemos que mantener un nivel de relajación y autorealizacion interior que bloquee todas las emociones negativas y nos hagan distraernos de tanto dolor, aunque sea un ratito.

2.1 Hacer ejercicios de relajación:
Tipo yoga y pilates con regularidad, a parte de que nos hacen tomar conciencia de nuestro propio cuerpo, nos enseñan a respirar y nos mantienen un poco en forma.

2.2 Recibir cariño:
Guerreras, un beso lo cura todo. Pidámoslo a nuestros seres queridos. Lo malo es que el “Nene, abrázame que estoy malitaaa”, no cuela 500 veces por día. Así que bueeeeeeno, no seamos egoístas y démosles nosotras un poco también, que se lo merecen.

2.3 Las aficiones:
Tener aficiones es mucho más que dedicar tiempo a hacer lo que nos gusta, es nuestro propio espacio en el que somos libres para ser nosotras mismas, no hay enfermedad, no hay presión social… ¿Qué es lo que te gusta de verdad?¿qué es lo que hace que tú seas tú? ¿qué es lo que hace que Lenina sea Lenina?. No tiene por qué servir para algo. A lo mejor son esos dibujos que haces tan bien, pero no los que te obligan a hacer en clase, sino ésos que sólo pueden haber salido de ti, porque nadie salvo tú tiene esa forma tan particular de ver el mundo.
Las aficiones tan profundas nos ayudan a evadirnos del dolor crónico porque nos hacen entrar en un estado mental que en psicología llaman "Estado de flujo". En él que somos tan felices y estamos tan concentrados en la tarea, que perdemos la noción del tiempo y de nuestro cuerpo. También puede ocurrirnos mientras trabajamos, si éste nos gusta. Se ha demostrado que entrar en estado de flujo es vital para la salud emocional de cualquiera.


A mi siempre me gustó leer y escribir. Me encantan los viajes, las aventuras y las historias. Llenaron mi infancia y mi adolescencia, pero después comenzaron las obligaciones, el estudio, el trabajo…y sacrifiqué una parte de mí misma por un futuro perfecto que nunca llegó. No digo que no haya que prepararse, pero no al nivel de fatiguismo al que yo llegué. Ahora, con la endometriosis he retomado la escritura, y no os podéis imaginar lo contenta que estoy. Me dan más ganas de seguir luchando, trabajando, amando… porque si la vida nos da guerra, ¡entonces seamos endoguerreras!

En fin, espero que os haya resultado útil. ¿qué técnicas usáis vosotras?.
Esta entrada está basada en los libros “Dolor crónico” de Jordi Miró y “Psicología positiva para Dummies” de Averil Leimon y Gladeana McMahon (buenísimo por cierto).

Un besito guerreras

sábado, 14 de noviembre de 2015

EL PUTICETAMOL




¡Hola chicas!

Antes que nada, como la mitad de mi alma es francesa, sentimos muy de cerca los atentados de París. Endoguerreras, lancemos desde aquí nuestro grito de furia por las víctimas. ¡Basta ya de tanta maldad en el mundo!. Ojalá nuestro dolor sirva para neutralizar una parte (aunque sea minúscula) de tanto mal.






Hoy vengo cabreadísima ¿Qué qué ha pasado? Desde hace unas semanas,  a mi colección de dolores se sumaron unos pellizcos en el ovario izquierdo tan fuertes que me dejan tiesa, literalmente. No sé como explicarlo, es como si me fuera a estallar en cualquier momento, como una insignificante pompita más del papel de burbujas que tanto gustirrinín nos da apretar. Así, una tras otra, tac, tac, tac…

El caso es que me asusté y fuimos por enésima vez a urgencias. ¿Por qué caemos una y otra y otra vez en volver allí?, porque en el fondo de nuestro corazón albergamos la esperanza que haya alguien maravilloso, ¡un ángel de la guarda!, esperándonos con los brazos abiertos, deseoso de esforzarse al máximo por curarnos.

Sin embargo, tonta de mí, el proceso es siempre el mismo:

 1) Recito mis síntomas como un papagayo, sin parar a tomar aire porque ya se están levantando y mirando el reloj.
2) Exploración protocolaria: chillo de dolor cuando me aplastujan el abdomen,  y si hay suerte, cae alguna ecografía rápida, un mete-saca, que hay prisa.
Y 3) Me abre la manita, pone un paracetamol en la palma, y la cierra como si me confiara un diamante. Como diagnóstico, dolor inespecífico. Pa casa. Total, la culpa es mía por inventar una enfermedad invisible.

Subrayar que guardo muchísimo respeto y admiración por los médicos buenos, que no paran de salvar vidas a pesar de lo mucho que los limitan. Y también por el personal sanitario que escucha y trata a sus pacientes como lo que son, personas. Pero lo que he llegado ver, éso…éso es una falta de interés y una dejadez imperdonables, ¡cualquiera que trabaje así en la vida real sería despedido al instante!. Por esto, guerreras, estoy muy muy muy cabreada. Así que he decidido concentrar toda esta energía en escribir una poesía barata sobre el tema.

Puticetamol, Puticetamol!
As en la manga del sistema español.

            Urgencias, mi mal no tiene freno,
nena cálmate, yo te lo ordeno,
abre la boca,¡marchando un ibuprofeno!.

Urgencias, yo me descontrolo,
Enantyum en vena, es una vía solo,
que hay que hacer lo que dice el protocolo.

Urgencias, ocho horas de espera,
Doctor, no hay pasti que no digiera,
pero tanto Nolotil me da cagalera.

Urgencias, tres de la mañana,
no te miro más, no me da la gana,
lo tuyo es psicológico, hazte un sana–sana.

Puticetamol, ¡Oh! Puticetamol,
Regla de oro del doctor nulo,
Hacedme caso, el dolor no emulo,
Después será tarde, ya ni ovulo,
No trago ni una más, ¡A tomar por culo!


En fin, guerreras, siento esta ordinariez tan violenta. Ya se ve que lo mío no es la poesía.¿cúantas veces os han tratado mal a vosotras?


Un abrazo chicas

sábado, 7 de noviembre de 2015

SEXY!

  
¡Hola guerreras!

Hombres FUERA por favor. A ver ése que se está escondiendo, te estoy hablando a ti, ¡hasta luegooooooo!¡pshhhhh!... ¿Ya está? ¿Ya estamos solas? Entonces ya puedo escribiros.

Cuando pensamos en una mujer sexy, se nos viene a la mente la buenorra del gimnasio, la que baila moviendo el culo del video de los leggins , o la toplesera tanguera que se nos sienta justo al lado un domingo de playa romántico. Sí, ésas descoyuntacuellos de hombres, que les hacen ladrar, rebuznar y gruñir (mentalmente).  Y en medio de toda la película estamos nosotras con nuestras ojeras y barriga hinchada, deseando desaparecer, no por la situación en sí, sino porque en ese momento estamos teniendo un viaje de los que nos dejan sin aire.

 Ay Lenina, ¿y a mi qué más me da ser sexy?¿no ves que no estoy pa na ahora mismo? Y si se produjera el milagro, y un pepino intentara seducirme tendría que decirle que no …

Chicas, pues sí que nos da. Porque somos endoguerreras, y eso no quiere decir que seamos angelitas. Somos traviesas, somos juguetonas, y además somos malas.  Malas porque queremos fulminar hombres sólo por el placer de sentirnos irresistibles. Y más malas porque, a diferencia de las buenorras, no somos trozos de carne de una noche, nuestros efectos son PERMANENTES en su cándido e inocente corazón. A nosotras no se nos puede olvidar.

¿Cómo ser sexy con endometriosis? Como he dicho en otras entradas, nuestra personalidad de endoguerreras ya es un punto a nuestro favor, porque somos frágiles por fuera y fuertes por dentro. Sólo faltan un par de retoques exteriores más y ¡ya está!. La endometriosis, como siempre, no nos lo pone fácil, pero eso no significa que no tengamos una salida.

1.           Cuida tu ropa exterior

¡Qué difícil! ¿Cómo podemos ir guapas cuando TODO, absolutamente todo nos aprieta la barriga y nos duele?  Nada de vaqueros apretados, nada de leggings, nada de shorts, nada de faldas de tubo, nada de cinturones…
No vamos a ir denudas por ahí ¡eso sí que sería sexy! (creédme que en los momentos de dolor me ha parecido hasta viable). Lo de ir de abuela con 20 – 30 años como que tampoco…
Sin embargo, todavía nos quedan las prendas más dulces: las faldas y vestiditos, sujetos a la cintura, que dejen libre la zona pélvica. ¿Acaso hay algo más sexy que una falda?. Sí, corta (lo siento Mamá), porque podemos combinarlas con medias y leotardos chulos. Si las medias os aprietan podéis comprároslas más grandes y hacerle un cortecito en la gomilla, pegándo los bordes con un poco de cola, para que no se deshilachen.
A mi me gustan mucho las de patinadora, porque aunque son faldas son muy informales, combinan con todo: jerseys de encaje serios e incluso con sudaderas. En bershka hay una colección de faldas de este estilo,lisas, estampadas y de muchos colores por 10E (tampoco podemos gastar mucho, que tenemos que ahorrar para el médico), pero estoy segura de que también las hay en otras tiendas. Me he comprado unas cuantas así:

Chicas, sé que no es tan fácil. Yo siempre fui de vaqueros. El día en que mi cuerpo no pudo más y tuve que cambiar de ropa lloré muchísimo, en medio del centro comercial, con las manos llenas de bolsas. Pero poco a poco voy encontrando mi estilo, y mi querido Florian dice que estoy más guapa J.

2.      Cuida tu cuerpo

Esto merece una entrada a parte. Luchemos para que la fofez no nos invada. ¿Pero qué ejercicio vamos a hacer, si no podemos movernos del sofá?. Con mucho cuidado y mientras no nos duela más de lo normal, podemos hacer ejercicios que no impliquen impactos, y no compriman la  barriga:
-          La elíptica: A mi la bici estática me duele, pero la elíptica no. Mientras no la pongamos muy fuerte, podemos echar ahí unos veinte minutos quemando el pastel del otro día.
-          Yoga y Pilates: Muy recomendables, además de ponernos un poco fuertes, mejoran nuestro equilibrio, nos relajan y nos enseñan a respirar. Esos ejercicios de respiración los podemos aplicar cuando lleguen las crisis de dolor.
-          Danza del vientre: No la he probado, pero algunas enfermas dicen que les va muy bien. Porque es divertida, sexy, estimula el flujo sanguíneo pélvico y masajea los ovarios.

Chicas, no importa que seamos las más torpes del gimnasio, no importa que el ejercicio sea tan flojo que casi no nos sirva Hacer un poco siempre es mejor que no hacer nada

3.      Cuida tu piel

Importantísimo para las endoguerreras, porque los tratamientos hormonales son una pesadilla para la piel. Según la pastilla del día, o se nos pone grasa y llena de granos, o se nos desescama de lo seca que está.  Además, tener la piel hidratada ayuda a prevenir las estrías, que también nos pueden aparecer debido al tratamiento
Yo sólo uso crema de aloe vera del Mercadona. Haciendo hincapié en el pecho. Pero soy una ignorante del mundo de las cremas, seguro que vosotras encontráis un tratamiento óptimo para cada día..

4.      Cuida tu ropa interior

¡Bufff! La ropa interior es un trauma, porque las enfermas de endometriosis somos muy propensas a infecciones y todo nos duele. Con las bragas pasa esto, que el dolor es inversamente proporcional a la cantidad de tela que tenga la braga.
Traduzco: si la braga es de abuela, estamos cómodas, si es un tanga de hilo, muerte segura. Incluso las brasileñas que tanto se llevan ahora nos duelen. De hecho, en un mundo ideal, llevaríamos las bragas esas de algodón con agujeritos y toallita ancha de cuando éramos casi adolescentes. Sí, esas que casi crecieron con nosotras, y que les había salido un agujero en el lado, pero bueno, no importa aún no se nota mucho…
¡Noooooooooo!
¡No, No No! Guerreras, no hay nada menos sexy que una ropa interior fea. ¡Si queremos que huyan es la técnica más efectiva! ¡Unas bragas bonitas son imprescindibles!
Así que chicas, por favor, esto no:

Esperad, que Florian me dice que las bragas de muñequitos del women’s secret tampoco.
¿Entonces esto tampoco?

¡Aiiiinnnssss si era justo lo que yo estaba pensando!
Nos queda una solución más: En Intimissimi ahora venden unos packs de 3 bragas por 23E. Son maravillosas!!! Delicadísimas. Muchas tienen la costura detrás y favorecen muchísimo el culete. Y la buena noticia es que siguen teniendo la toallita ancha debajo, y no duelen.


Guerreras,¡con estas bragas los dejamos ko y seguimos estando cómodas!

5.      Cuida tu olor

Ésta es muy fácil, sólo necesitamos lavarnos y ponernos colonias y perfumes. Perfumes fresquitos, sutiles, de los que no apestan el ascensor cuando nos hayamos ido. Que sólo lo huelan si se acercan un poco a nosotras. Así querrán acercarse de nuevo.
Pero vamos un poco más allá. ¿Qué tal si nos ponemos perfume también para dormir? Así no hay quien se nos resista!

6.      Cuida tus adornos

Son como los quesitos de la trampas para ratones. No hace falta que sean grandes y vistosos, basta con que sean pequeños, un poco brillantes. Una diadema, un anillito dorado en unas manos arregladas...
Se rallan, se vuelven locos, no pueden evitar no fijarse. “¿qué lleva ahí que brilla? ¿ y por qué lo lleva si no sirve pa na?¿y por qué? ¿y por qué? ¿y por qué?”. Ahora las tiendas de ropa venden los cartoncitos con muchos anillos, pendientes, y pulseras por 5 o 6 E que nos pueden servir. 


7.      Cuida tu ropa de estar por casa

Porque las endoguerreras tenemos que estar mucho allí. Al menos estar guapa.  Cada una ya con su estilo, podemos ir en chandal de Decatlon, o podemos ir disfrazadas de peluche tipo Oisho. Pero, chicas, elijamos lo que elijamos, esto no por favor

QUÉ HORROOORRR! ¿habéis visto al fulano? ¿en serio la gente compra esto? ¡ Es que la que sale huyendo soy yo!!!

En fin, podría estar hablando de esto durante horas. ¿tenéis más trucos vosotras?. Recordad, somos mujeres, somos endoguerreras, merecemos respeto y admiración, no somos carnaza de usar y tirar, por mucho que se empeñen en hacérnoslo creer. No nos hace falta hacernos fotos con morritos y las domingas al aire. Con nuestro propio encanto y un par de detalles podemos fulminar a quien queramos... y para siempre. Las que estáis solteras, sed implacables con todos los que os encontréis. Las que no lo estamos, será nuestro amado quien sufra nuestro instinto cazador. Aunque chicas, confieso que cuando lo veo caer en las trampas una y otra vez, es a mí a quien se le derrite el alma…

¡Os quiero mucho guerreras!